“Mi objetivo al escribir mi blog no es la fama, la
fama es un efecto colateral. Las personas que me conocen de cerca saben que soy
una persona con mucha tendencia al intimismo, que la fama son los clavos de mi
cruz”. - Yoani Sánchez -
Artículo publicado en la revista digital de los CJC, Tinta Roja
Curioso, cuanto menos, es el elaborado personaje
que internacionalmente se ha dibujado en torno a la figura de la famosa
bloguera y “activista” cubana Yoani Sánchez, quien actualmente se encuentra en
una gira por 11 países con la intención de relatarle al mundo sus “logros personales”
como “periodista”. Logros que, como ya se ha demostrado en varias ocasiones, no
tienen tanto de personales y sí demasiado de oportunistas. La llamada a sí
misma disidente, bien amparada por conocidos medios y corporaciones como el
Grupo PRISA – de donde recibe un nada desdeñable sueldo como columnista en El
País – pasó hace unos días por España, concretamente por la ciudad de Burgos, a
propósito del III Congreso Iberoamericano de i-Redes sobre las redes sociales,
al que fue a hablar, entre execración y execración hacia el gobierno de su
país, de sus peripecias cibernéticas en lo que ella llama “la dictadura de los
Castro”. El patrocinio del acto, en el que por lo visto se respiraba
democracia, corría a cargo de empresas como el BBVA, Telefónica o el propio
ayuntamiento de la ciudad, gestionado por el Partido Popular. Junto a Yoani se
encontraban entre los invitados, populares detractores de la Revolución cubana
como el humorista catalán Andreu Buenafuente, uno de los bufones de nuestra
imparcial televisión que más ha cargado contra los procesos de América latina,
o la periodista madrileña Ana Pastor, que ya ha logrado hacerse un hueco en la
cadena norteamericana CNN, después de que sus labores como vocera de la
socialdemocracia ya no le fueran útiles al gobierno de la derecha. Pero nuestra
mercenaria favorita fue quien en todo momento acaparó el protagonismo de la
velada, sobretodo, cabe decir, fuera de la misma.
La cubana – aunque muchos pensemos que no merece ser llamada de este modo –
aterrizó en España para hablar no solamente de redes sociales y de lo que ella
mal llama periodismo, estos nos parecerían motivos quizá insuficientes para la
organización de una gira por el mundo de más de dos meses y medio (80 días,
para ser exactos), financiada de forma desinteresada, según ella, “por
aportaciones de manos amigas”. ¿Qué pretende entonces nuestra Willy Fog
caribeña? Dicen que detallar la escasa libertad de expresión que hay en Cuba,
desde donde hace años lanza sus textos pródigos en falacias con total impunidad
y con la constante indiferencia del pueblo cubano como única respuesta. Curiosa
falta de libertad, como curioso es que venga a hablarle del “monopolio de la
información” a un país en donde la libertad de expresión y la libertad de
prensa están en total posesión de una serie de grandes empresas que operan
según sean los intereses del poder que las sustenta. Por no hablar del cierre
de medios de comunicación o las purgas de periodistas que suceden cada vez que
el poder cambia de siglas, pero quizá esto último se lo haya explicado mejor
Anita Pastor. El caso es que de libertad vino a hablarnos Yoani Sánchez, pero
de libertad poco se pudo ver en un acto al que le fue denegada la entrada a
periodistas de medios alternativos que no eran del todo de su agrado, como
también ocurrió en su paso por Brasil o México, país, este último, en el que
rechazó entrevistarse con familiares de periodistas que habían sido asesinados
por el gobierno, tal vez por miedo a enfrentarse a la realidad de lo que supone
el capitalismo en Latinoamérica, donde el periodismo opositor llega a pagar
incluso con su vida. ¿Se atrevería nuestra pobre mártir a ir a hablar sobre
libertad de prensa en Honduras, donde al año decenas de periodistas son
tiroteados? No sé si alguien se lo preguntaría, lo que sí sé es que a las
preguntas de los pocos periodistas independientes que pudieron, acceder a los
actos (financiamiento del Departamento de Estado de EEUU, amparo de leyes
Torricelli y Helms-Burton...), e incluso a las de agencias como EFE o Reuters,
se negó en rotundo a contestar. Por lo visto, parece que a Yoani le escuece la
libertad que ella misma pretende promover.
De lo que no cabe ninguna duda, es de que ser opositor al gobierno cubano sale
muy, pero que muy rentable. Alrededor de 10 mil dólares al mes por ser un mero
utensilio del imperialismo, en una isla cuya moneda nacional está 25 veces por
debajo del dólar, dan para algo más que para tener una conexión a internet
notablemente superior a la que tienen acceso el resto de los cubanos, o para
llevar un blog traducido nada menos que a dieciocho idiomas, siendo el único en
toda la isla que dispone de Copyright. No es de extrañar, visto lo visto, que
Sánchez haya declarado que piensa regresar a Cuba, y que sería la primera en
hacerlo montada en una balsa si el país le denegase la entrada. Y es que a la
oligarquía anticubana ya hace tiempo que de poco le sirve una Gloria Estefan o
una Zoé Valdés en el exilio, pudiendo tener financiada a una oposición interna
como instrumento para seguir vertiendo mentiras sobre la Revolución y
justificando así barbaridades como el aislamiento político y económico que
sufre la isla, que mantiene a pesar de ello sus éxitos en campos como la
educación, la salud, el medio ambiente o los Derechos Humanos. Pero es posible
que las langostas, la ropavieja, los mojitos y la Bucanero sepan mejor si están
pagados con dinero de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, de
empresas y medios de comunicación españoles, o de prestigiosos premios
valorados en miles de euros y dólares, concedidos como recompensa por sus
servicios como mercenaria.
- Kevin Laden -
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